Insatisfechos imperecederos
Sin embargo a otros, invariablemente les falta alguna cosa. P y D (hombre, gay, residente en Berlin) son de ese tipo de seres. Viven en un vano que desean constantemente llenar. Insatisfechos eternos pendientes de lo que no poseen, la vida les niega o arrebata, segun las teorias peregrinas… Sin embargo, les 
invade el aburrimiento asi como el desinteres cuando logran lo que tanto deseaban. Al completo lo concentran en la indagacion asi como la conquista. Ya sea de labor o apego. Ellos son las propios obstaculos Con El Fin De tener la conexion. Segun Platon, unico amamos aquello que deseamos y deseamos aquello que nos falta. Al completo amor adquiere su estado ideal cuando no se tiene o cuando se ha perdido.
Los usuarios instaladas en el sueno sobre un amor platonico igual que P o D “viven igual que aficionados eternas, buscadoras inagotables sobre la pareja ideal, enamoradas sobre enamorarse, coleccionistas sobre comienzos, nostalgicas sobre los amores perdidos, especialistas en el procedimiento de el abandono”. Mismamente lo exponia un escrito sobre psicologia publicado hace determinados meses en El estado Semanal. El enigma del amor y la falsedad de estas sensaciones dominan nuestras vidas. La imaginacion es muy poderosa. Aunque sea, la de algunas personas. Asi que es un error mortifero proyectar un enorme apego hecho a mesura igual que enorme remedio a la aislamiento de el siglo XXI, que en Berlin seria tan habitual igual que las dias desprovisto sol. Especialmente cuando solo conocemos a la cristiano sobre dos fotos tuneadas, en Tinder o GayRomeo.
?Te quiero por motivo de que tu eres tu, o propietario tus cualidades, tu delicadeza, tu inteligencia?
Seria fundamental trabajar asi como ejecutar la facultad de ver —y percibir— a la cristiano igual cual seria —con todo el mundo las defectos e imperfecciones—, no como necesitamos que sea, igual que un objetivo para mi aprovechamiento y satisfaccion, de mi serenidad asi como conveniencia. ادامهٔ «Apego, sexo, aislamiento asi como «apps» en Berlin: Insatisfechos imperecederos»